David Bercot
Santiago escribió: “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? … veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.”
Pero Pablo dijo: “Si Abraham hubiera sido justificado por las obras, tendría de qué gloriarse, pero no ante Dios… Pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.”
Armonizar estos pasajes aparentemente contradictorios no es solamente un ejercicio teológico. No, la respuesta a esta aparente contradicción se encuentra en el corazón mismo del cristianismo. Bercot demuestra que para armonizar a Pablo y Santiago primero tenemos que captar completamente el evangelio predicado por Jesús. Cuando armonizamos a Pablo y Santiago con Jesús, encontramos que no hay contradicción en sus enseñanzas.
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David Bercot
Santiago escribió: “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? … veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.”
Pero Pablo dijo: “Si Abraham hubiera sido justificado por las obras, tendría de qué gloriarse, pero no ante Dios… Pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.”
Armonizar estos pasajes aparentemente contradictorios no es solamente un ejercicio teológico. No, la respuesta a esta aparente contradicción se encuentra en el corazón mismo del cristianismo. Bercot demuestra que para armonizar a Pablo y Santiago primero tenemos que captar completamente el evangelio predicado por Jesús. Cuando armonizamos a Pablo y Santiago con Jesús, encontramos que no hay contradicción en sus enseñanzas.
Review Cómo concuerdan Pablo y Santiago.